Verónica Llinás

Verónica Llinás lloró en una verdulería: “No se puede comprar ni un kilo de papas”

La mujer que sabe hacer reír, cuenta en una charla íntima cómo aprendió a resurgir a través del humor

https://www.youtube.com/watch?v=6Gc3VXJawwE

La multifacética actriz y humorista Verónica Llinás tuvo una entrevista a corazón abierto con Infobae, a días del estreno de su obra, Antígona en el baño, que no sólo protagonizará junto a Esteban Lamothe y Héctor Díaz, sino que también estará tras bambalinas, como coautora y codirectora.



En la obra, Llinás representa a una exitosa actriz televisiva, que busca ganar prestigio en el teatro y, para ello, convoca al director más avant-garde del momento y elige un clásico de la tragedia griega. Sin embargo, el día del estreno, se encierra en el baño, donde deberán persuadirla de salir el hijo de su representante y un coach ontológico.



En la entrevista, la actriz confesó que tiene una “fuerza de vivir” genética, que la hace resurgir constantemente, particularmente por medio del humor. En este sentido, afirma: “El humor implica no ver las cosas con tanta crudeza, no tomarse tampoco muy en serio uno. Y a medida que va pasando la vida y uno se va haciendo más grande ponerle un poco de coto al sufrimiento. A esta altura no sé cuánto me queda vivir, voy a tratar de no sufrir“.



Luego, sostuvo que, si bien la pandemia no la afectó mucho en cuanto a su salud mental, sí la golpeó fuertemente el fallecimiento de su marido: “Algo en mí dijo: ‘Bueno, basta, no me jodan’. Yo estaba mucho al servicio de alguien que me venía con sus problemas o haciéndome cargo de cosas de amigas. Y a partir de ahí dije: ‘Basta, no me jodan más. Ya sufrí mi cuota en esta vida’“.



Llinás también habló sobre su familia, y particularmente la relación con su madre, la pintora Martha Peluffo, a quien describió como: “Muy joven de espíritu. Yo la sufrí mucho porque era muy coqueta pero muy avanzada para la Argentina, entonces se vestía con unas ropas que no se usaban acá, plataformas cuando no se usaban acá”.



Verónica sufrió la muerte de su hermano, Sebastián, cuando tenía apenas 23 años. Contó que tuvieron una relación muy complicada, particularmente desde el fallecimiento de su madre, y que lo veía mal desde su adolescencia. Además, dijo que su padre tuvo una “depresión mortal” luego de perder a Sebastián, mientras que a ella le tocó vivir y hacerse cargo de él. En este sentido, declaró: “No me tocó nada fácil. Creo que esas cosas también son las que o sucumbís o te fortalecen. Y que estoy acostumbrada, que nada en mi vida es fácil. Nada“.



La multifacética actriz y humorista Verónica Llinás tuvo una entrevista a corazón abierto con Infobae, a días del estreno de su obra, Antígona en el baño, que no sólo protagonizará junto a Esteban Lamothe y Héctor Díaz, sino que también estará tras bambalinas, como coautora y codirectora.



En la obra, Llinás representa a una exitosa actriz televisiva, que busca ganar prestigio en el teatro y, para ello, convoca al director más avant-garde del momento y elige un clásico de la tragedia griega. Sin embargo, el día del estreno, se encierra en el baño, donde deberán persuadirla de salir el hijo de su representante y un coach ontológico.



En la entrevista, la actriz confesó que tiene una “fuerza de vivir” genética, que la hace resurgir constantemente, particularmente por medio del humor. En este sentido, afirma: “El humor implica no ver las cosas con tanta crudeza, no tomarse tampoco muy en serio uno. Y a medida que va pasando la vida y uno se va haciendo más grande ponerle un poco de coto al sufrimiento. A esta altura no sé cuánto me queda vivir, voy a tratar de no sufrir“.



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Luego, sostuvo que, si bien la pandemia no la afectó mucho en cuanto a su salud mental, sí la golpeó fuertemente el fallecimiento de su marido: “Algo en mí dijo: ‘Bueno, basta, no me jodan’. Yo estaba mucho al servicio de alguien que me venía con sus problemas o haciéndome cargo de cosas de amigas. Y a partir de ahí dije: ‘Basta, no me jodan más. Ya sufrí mi cuota en esta vida’“.



Llinás también habló sobre su familia, y particularmente la relación con su madre, la pintora Martha Peluffo, a quien describió como: “Muy joven de espíritu. Yo la sufrí mucho porque era muy coqueta pero muy avanzada para la Argentina, entonces se vestía con unas ropas que no se usaban acá, plataformas cuando no se usaban acá”.



Verónica sufrió la muerte de su hermano, Sebastián, cuando tenía apenas 23 años. Contó que tuvieron una relación muy complicada, particularmente desde el fallecimiento de su madre, y que lo veía mal desde su adolescencia. Además, dijo que su padre tuvo una “depresión mortal” luego de perder a Sebastián, mientras que a ella le tocó vivir y hacerse cargo de él. En este sentido, declaró: “No me tocó nada fácil. Creo que esas cosas también son las que o sucumbís o te fortalecen. Y que estoy acostumbrada, que nada en mi vida es fácil. Nada“.



Tras el fallecimiento de Sebastián, Llinás tuvo un vínculo complicado con las drogas, particularmente la cocaína. Afirmó: “Fue horrible. Me fue espantoso. Duró un año, nada más. Cuando me di cuenta de que estaba atrapada me fui a un psiquiatra y dije: ‘No quiero más esto. No quiero’. Duró un año”.



Posteriormente, la humorista dio su opinión sobre el contexto político argentino. Advirtió que, pese a su activa militancia en favor de la legalización del aborto, no se identifica con ningún partido político. Sostuvo: “Yo no me intereso por la política partidaria y a pesar de lo que mucha gente cree, ‘esta K’, yo qué sé, no es así. No me identifica ningún partido político, lo cual no quiere decir que en determinado momento no tome actitudes políticas. Cuando hubo que defender que no desapareciera la financiación del INCAA, claro. No estoy de acuerdo con lo que hizo el INCAA todo el tiempo y me parece que fue medio un nido ahí, pero que no haya más plata para las películas implica para mí la muerte del cine“.



Verónica también confesó estar frustrada con la clase política: “Ahora ya no hay nada y estoy muy triste con lo que pasa con el país y medio enojada con toda la clase política. Yo sé que esto suena medio bol…, diciendo: ‘Ay, que se vayan todos’, pero es un sentimiento genuino. No veo hasta ahora por dónde pueda salir la cosa. Veo gente buscando poder y no buscando dar”.



La actriz dice no poder entender cómo un país tan rico puede tener tanta pobreza. Afirmó: “En algún punto me quejo de que estoy muy atareada con este triple rol en Antígona y qué sé yo, pero por otro lado creo que también de alguna manera me salva de conectarme más sensiblemente“.



Además, compartió una anécdota que tuvo recientemente en la verdulería: “El otro día fui a comprar verdura y había una viejita con un bastón que preguntó cuánto estaba el kilo de papas. Me emociono, como una bol… Dijeron tanto, y… ‘No, no, no puedo. Deme verdurita’. Un kilo de papas, ¿entendés? No se puede comprar un kilo de papas“. Y continuó: “Salí llorando. Por supuesto, le compré las papas, pero tampoco podía creerlo la señora… ‘¿Qué es esta bolsa?’. ‘No, no, no importa, papas’. ‘Pero no es mía’, decía. ‘Bueno, no importa’”.



Indignada, cerró: “No puede ser que estemos viviendo esto. Veo eso y tengo ganas de salir a asesinar a todos los políticos de aquí a 30 años, ¿entendés? Me pasa algo muy violento”.(Infobae)


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