AÑo Electoral

Al kirchnerismo ya no le alcanza sólo con el apellido en Santa Cruz

Así lo reflejan las mediciones realizadas en los últimos días, en las que Alicia aparece lejos de Costa, principal candidato de la oposición. Lejos de significar lo que fue Néstor para los santacruceños, y sin carisma, genera preocupación puertas para adentro en el FPV.


Los tiempos cambian y vaya si se nota en Santa Cruz, donde el 2015 presenta el panorama más complicado que jamás haya tenido el kirchnerismo en su propia provincia.




Cuando hace sólo meses atrás parecía que el oficialismo sacaba rédito de la tan cuestionada Ley de Lemas, finalmente los acuerdos y la unión logrados por la oposición cambiaron totalmente el panorama de cara a octubre.
A sólo seis semanas de las elecciones, Alicia no mide, no convence y tampoco se mueve como se esperaba en la provincia.




El kichnerismo estaba seguro y confiado en que nuevamente le alcanzaba sólo con el apellido para conseguir la victoria, pero esta vez el panorama indica lo contrario. La gente es más exigente y ya no sólo alcanza con ser Kirchner para ganar una elección.




Mucho menos cuando se es Alicia, quien llega a este momento en el ocaso de su carrera, sin carisma y enemistada con aliados del pasado por su carácter.




Esta vez al kircherismo no le alcanza con el apellido como lo pensaban porque Alicia está muy lejos de ser Néstor y porque ni siquiera es novedad como lo fue Máximo semanas atrás, para la PASO.




Puertas para adentro, en el Frente Para la Victoria hay preocupación, porque Alicia no mide lo que se pensaba y porque ni siquiera saben si le ganarán a Peralta en el lema pensado para triunfar en octubre.




A seis meses de los comicios, Alicia todavía no habló públicamente con propuestas claras y no seduce a la gente más allá de los votos que intente captar con aportes y fondos del Estado.



Tan complicado está el kirchnerismo que debió acordar con Peralta para sumar juntos a la hora de competir con el Frente Unión Para Vivir Mejor (Costa/Pérez) porque saben que Alicia por sí sola no lo lograría.




Alicia no habla como se esperaba, no mide y no tiene carisma. Todo junto a unas pocas semanas de las elecciones más complicadas de la historia para un partido político acostumbrado a ganar, pero que esta vez llegó a un momento crucial sin un candidato fuerte, apelando al apellido como manotazo de ahogado, aunque esta vez parece que con eso no alcanza. (El Diario Nuevo Día)



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