FIN DE AÑO

"Diciembre es terrible": por qué las personas llegan "quemadas" a fin de año

La psicóloga Natalia Pelizzetti analizó el martes 9 de diciembre de 2025, en el programa "Fuera de Contexto" de Radio Nuevo Día en Río Gallegos, cómo llegan emocionalmente las personas al final del año. Explicó que diciembre suele intensificar el cansancio, la presión por cerrar pendientes y la tensión familiar previa a las fiestas. Señaló que el individualismo, la hiperproductividad y la búsqueda de satisfacción inmediata agravan el malestar.

Redacción Nuevo Día
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La psicóloga Natalia Pelizzetti dialogó con "Fuera de Contexto", por Radio Nuevo Día, y dejó una frase que sintetiza el clima emocional del cierre de año: "Diciembre es terrible; parece que llega y queremos resolver todo lo no resuelto".

La especialista explicó que muchas personas viven estas semanas con una mezcla de cansancio acumulado, presión por cerrar pendientes y la expectativa social que rodea a las fiestas. "Es un mes en el que se ponen cosas en la balanza y aparece ese empuje al deber ser", sostuvo.

Pelizzetti destacó que no para todos diciembre significa celebración. "Para quienes enfrentan soledad, pérdidas o duelos, estas fechas pueden resultar especialmente difíciles", planteó.

Mandatos, frustración y el peso del "deber ser"

Uno de los puntos que más remarcó la profesional es la presión cultural que rodea a Navidad y Año Nuevo. "Nos preguntan con quién vamos a pasar las fiestas, como si fuera obligatorio reunirnos incluso con personas con las que no tenemos vínculo", señaló en el aire.

Según la psicóloga, ese mandato alimenta tensiones familiares, sentimientos de obligación y, en muchos casos, frustración. "La gente llega cansada, irascible, y encima siente que debe cumplir con expectativas ajenas", sostuvo.

También explicó que el balance de fin de año puede ser engañoso: "Muchos se frustran porque no cumplieron metas, pero quizás esas metas ni siquiera eran genuinas, sino parte del deber ser".

Para Pelizzetti, el desafío pasa por cambiar la perspectiva: "Tenemos que aprender a pensarnos desde nuestros tiempos lógicos, no desde el calendario. Si algo no salió en diciembre, no significa que no pueda lograrse después".

La era de la hiperproductividad y el consumo: un combo que agrava el malestar

Otro punto central de su análisis fue la relación entre la vida moderna y el agotamiento emocional. "Hoy hay menos pila social. El individualismo y la búsqueda de satisfacción inmediata hacen que prescindamos más del otro", explicó.

En esa línea mencionó prácticas como el consumo compulsivo, el refugio en redes sociales o la ansiedad por soluciones rápidas. "Vivimos en un momento donde hay más respuestas que preguntas. Todo tiene que ser inmediato. Pero eliminar el síntoma no es lo mismo que preguntarse qué lo genera", advirtió.

Pelizzetti resaltó que este contexto impacta directamente en el aumento de la ansiedad y la irritabilidad hacia fin de año. "Los síntomas no pueden pensarse por fuera del contexto social y económico. Son parte de la época", dijo.

Antes de cerrar, dejó un mensaje práctico para quienes sienten el agotamiento del cierre de ciclo: "A veces lo más sano es darse un impasse. Si el horno no está para bollos, postergar un conflicto también es una forma de cuidado".

Y finalmente agregó un consejo general para estas semanas: "Cuidarse de los excesos y conectar más con el deseo que con la obligación. Las fiestas no son para todos, y para muchos pueden ser un momento de encuentro, no necesariamente de celebración".

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