Casi le queman la casa porque creyeron que tenía coronavirus

El hecho ocurrió en Córdoba cuando un hombre debió ser atendido por una úlcera. "Le tenemos miedo a la enfermedad y a los vecinos", sostuvo José Luis.

Una semana de terror vivió una familia en un barrio privado de Córdoba cuando sus vecinos amenazaron con quemarle la casa porque creyeron que uno de sus integrantes tenía coronavirus.



"Fueron cinco días de terror", contó a Buen Lunes José Luis Flores, un venezolano que hace más de cinco años vive con su familia en barrio Nuevo Poeta Lugones.



Según el hombre, la semana pasada empezó a sentir dolor de garganta y a tener vómitos con sangre, por lo que pidió asistencia médica y, tras revisarlo, lo trasladaron al Hospital Rawson.



Aunque le hicieron el hisopado y mandaron a analizar el test a Buenos Aires, el médico en ese nosocomio le adelantó que no tenía coronavirus sino una "úlcera alterada". Luego, lo mandaron de regreso a su casa.



Allí comenzó el verdadero calvario para la familia Flores. "La presidenta del Centro Vecinal empezó a decir que tenía la enfermedad", relató.



Desde ese momento en la casa de José Luis comenzaron a recibir audios de Whatsapp en los que los insultaban, reclamaban que los metieran presos y hasta se enteraron de amenazas para prenderles fuego la vivienda.



"Pasé cinco días pensando qué hacer, cómo escapar con los niños", contó el venezolano, quien se vio obligado a pedir protección policial.



Con un agente en la puerta, los vecinos "empezaron a decir que estaba para que no violara la cuarentena".



"Salía mi esposa de noche para comprar lo justo y necesario, y volvía corriendo", señaló José Luis.



Tras confirmarse el resultado negativo en el test de coronavirus, "tuvimos que mudarnos de ahí por el terror que vivimos", dijo el hombre.



"Le tenemos miedo a la enfermedad y a los vecinos", afirmó para luego expresar que algunos se solidarizaron después y le expresaron que se sentían "apenados como argentinos y como sociedad".



Luego de la "caza de brujas" que tuvo aterrada a su familia, José Luis publicó el siguiente mensaje en redes sociales:



"Quiero contarles lo que me pasó, lo que me tocó vivir, porque yo también tuve que luchar contra un enemigo invisible como dice el presidente Alberto Fernández: El prejuicio, la discriminación y el miedo en primera persona. El pasado miércoles comencé a sentirme muy mal: dolor de garganta, vómitos con sangre, diarrea, eran algunas de las dolencias que tenía. Incluso tosía todo el tiempo.



El día jueves, al continuar con el mismo malestar decidimos llamar al médico. Se hizo presente en mi domicilio una ambulancia de Ecco. Los médicos, recomendaron que me dirigiera a una clínica y que no quedara en mi domicilio. Primero recomendaron la clínica Aconcagua (Ya que la cubría mi obra social) no atendían, luego la clínica Suquía, tampoco atendían por lo que mi familia me llevo al Rawson.



Una vez en el hospital los médicos hicieron el control correspondiente preguntando que tenía, que sentía. Me indican los profesionales que no tengo los síntomas de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19). Sin embargo, por protocolo, los médicos manifestaron que iban a realizar el hisopado ya que yo había estado en Uruguay 15 días previos al malestar (Aun sabiendo que en el momento en que regrese de dicho país, el mismo no era considerado de riesgo) iban a realizarlo.



Me hicieron radiografías, ecografías, fui diagnosticado con una ulcera (He vivido una situación complicada, trabajaba en Uruguay, en telecomunicaciones y al regresar en Aduana me retuvieron el auto, aun esta allá, este disgusto sin dudas ha afectado a mi organismo).



El día jueves, al regresar del hospital me encontré con algo que no esperaba y que me dolió y preocupó aún más que una ulcera (hoy en día en todos los barrios existen grupos de WhatsApp, son una red de contención, muchos publican sobre urgencias, sobre perros perdidos, y en estos días en algunos casos se ha vuelto una compañía durante esta inédita curantenta) en los grupos de WhatsApp del barrio donde vivo, uno donde está la policía y el otro donde solo están los vecinos, comenzaron a decir que había una persona que estaba contagiada de la enfermedad del coronavirus 2019 (covid-19); dieron los datos completos de mi domicilio, indicaron que si yo no respetaba la cuarentena que por favor fuera denunciado.



La noticia como un virus comenzó a propagarse y lo que empezó en el grupo del barrio se viralizó, llegó a los famoso grupos donde están las mamás de un colegio, entre otros. Comenzamos a recibir llamadas al teléfono fijo, mensajes. La misma noche del jueves, un familiar fue a la comisaria de Poeta Lugones, ya que estábamos asustados y preocupados, para hacer una exposición de lo sucedido. No quisieron recibirnos dicha exposición, le indicaron que llamáramos por teléfono al 101.



Al regresar al hogar, hicimos el llamado al 101, explicamos la situación. Nos enviaron un patrullero para que controle por la noche, para que estuviéramos tranquilos ya que éramos amenazados. Esa noche no sucedió nada. Por la mañana recibí mensajes donde se manifestaba que iban a pintar nuestra casa para marcarnos, que nos iban a romper el auto, que teníamos que irnos.



Mi hermano Winder es conocido ya que trabaja en una casa de comidas de renombre en el barrio por lo que también comenzó a recibir llamadas, mensajes de todo tipo en las redes sociales. Un acoso que sólo habíamos podido vislumbrar alguna vez en películas.



No hicimos nada, esperamos, sabíamos que el resultado iba a ser negativo, pero en tiempos donde se nos pide que seamos solidarios, jamás imaginamos que, si alguien llegara a vivir una situación tal, si llegara a estar enfermo, si llegara a tener esa dolencia, debería pasar por lo que pasamos. El estar marcados, amenazados y para nada acompañados, ni siquiera nos animábamos a salir a comprar alimento.



Escribo esto porque quiero que se sepa, que quede claro que no tengo la enfermedad del coronavirus 2019 (covid-19), para que nos dejen en paz, nos dejen entender esta realidad que a todos nos aqueja, algo nuevo que nadie ha vivenciado. Adjunto a esta publicación el estudio que confirma dicho resultado.



Publico estas palabras para también evidenciar que he sufrido un daño moral y un perjuicio que lo haré valer sin lugar a dudas, mediante las acciones tendientes a lograr un resarcimiento ejemplar en contra de quien persista con este temperamento.



Por otro lado, tratándose de personas que compartimos socialmente recomiendo a mis vecinos tengan a bien revisar su actitud por una cuestión de mejor convivencia. Si es como dicen que al coronavirus lo vencemos entre todos, al prejuicio también.



Quiero que sepan aquellas personas que estén pasando por esta enfermedad, que no están solos, que no todos hacemos a un costado o excluimos a quienes nos necesitan, aun creo que estamos los que acompañamos, entendemos, ayudamos, porque si no, por más vacuna que encuentren, si no dejamos de cometer este tipo de actos, todo es en vano". (Telefé Noticias)


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