A cuánto cerró el dólar este martes 30 de septiembre tras la intervención oficial
El tipo de cambio mayorista alcanzó los $1.450 pero terminó en $1.380 por ventas oficiales; el MEP y CCL rozaron los $1.500 y $1.550.
El dólar oficial cerró septiembre con fuerte presión en el mercado cambiario. En el Banco Nación (BNA), la divisa se vendió a $1.400, mientras que en el segmento mayorista alcanzó un pico intradiario de $1.450 antes de retroceder a $1.380, en lo que operadores señalaron como intervenciones oficiales para contener la cotización.
Desde ABC Mercado de Cambios explicaron que "la demanda desesperada llegó a convalidar $1.400" y que "en ese nivel el mercado se desbordó", lo que impulsó la suba hasta $1.450. Sin embargo, luego ingresaron ventas por u$s550 millones que frenaron la escalada.
El rol del BCRA y las restricciones
El viernes, el Banco Central (BCRA) anunció una restricción cruzada que impide a individuos operar en los dólares financieros durante 90 días si antes accedieron al mercado oficial. La medida busca frenar el denominado "rulo" que generaba presión sobre el Contado con Liquidación (CCL).
El economista Christian Buteler analizó que "la demanda nunca desapareció, solo estaba tapada por la oferta extraordinaria del agro". Y advirtió que, sin esas liquidaciones, "es probable que volvamos a ver al Tesoro vendiendo o al dólar en el techo de la banda".
Los paralelos y futuros en alza
En paralelo, el dólar MEP avanzó 2,7% a $1.494, mientras que el CCL subió 3,2% y llegó a $1.544, con brechas de hasta 11,9% frente al mayorista. El dólar blue también acompañó la tendencia con un alza de $15, cerrando en $1.445 en las cuevas de la city.
En cuanto a los futuros, los contratos cerraron con subas de hasta 4,4% y el mercado ya "pricea" un dólar mayorista en $1.605 para diciembre.
Durante septiembre, el tipo de cambio mayorista acumuló una suba del 2,8%, mientras que los paralelos avanzaron entre 9,5% y 13,9%. El oficialismo apuesta a las medidas del Tesoro estadounidense y al esquema de retenciones cero para contener la presión, aunque los analistas alertan que el fin del flujo extraordinario de divisas podría abrir la puerta a nuevas tensiones.