El desconsuelo de las hijas de Cacho Fontana y Liliana Caldini
De manera casi simultánea, con sólo un día de diferencia, las gemelas Ludmila y Antonella sufrieron la pérdida de su padres, el emblemático locutor y la ex-modelo.
De manera casi simultánea, con sólo un día de diferencia, las gemelas Ludmila y Antonella sufrieron la pérdida de su padres, el emblemático locutor Cacho Fontana y la ex-modelo Liliana Caldini.
Antonella había confirmado este lunes el fallecimiento de Caldini a los 71 años, mientras que este martes a los 90 murió Fontana, tras padecer diversos problemas de salud.
En diálogo con varios móviles de televisión, Antonella aseguró conmovida: “A papá lo vamos a cremar como él quería, y a mi mamá la vamos a velar. No sé cuándo, donde ni cómo. Estoy haciendo todo esto con mi hermana”.
Además, la hija de Cacho Fontana contó que el conductor no alcanzó a enterarse de la muerte de Lilina Caldini, ya que por temor a que lo afectara no le habían contado todavía la noticia.
Antonella vive en Buenos Aires y es madre de un hijo, mientras que Ludmila vive en España y también tiene un hijo. Hace un año en una entrevista, Caldini había hablado sobre sus nietos como una fuente de alegría. “Ellos son lo mejor que me pasó en mi vida. Son mis motores. Cuando decaigo, están mis nietos. Están en mi mente y en mi corazón. Soy súper compañera de los dos”, le había expresado la exmodelo a la revista Hola!
Reunidos
En el Día del Padre, la familia se reunió y Antonella compartió una de las últimas postales junto a sus padres, ella actualmente es productora ejecutiva en el canal IP Noticias, en los ciclos Biblioteca IP e IP Cultural, que se especializan en literatura, cultura y arte.
A su vez, en una aparición de Antonella en el programa Debo decir (América), cuando Luis Novaresio le preguntó qué aprendió de Cacho Fontana, ella respondió orgullosa: “La dignidad, el esfuerzo, el caerte y levantarte, la humildad, un poco de todo. Tenés que estar arriba como estuvo él, haber bajado o tenido momentos buenos o malos, y siempre estar con la frente en alto, sabiendo si te equivocaste o no te equivocaste, sin transar”.