Otras dos personas torturaron y violaron a la adolescente asesinada en un hotel en Santiago del Estero

Ocurrió en Santiago del Estero. El primer detenido de la investigación por el crimen de Luciana Sequeira fue un compañero de escuela de la víctima, hijo de un policía.



La causa que investiga el crimen del que fue víctima Luciana Sequeira, la joven que encontraron ensangrentada e inconsciente en la habitación de un hotel alojamiento de Santiago del Estero, abrió en las últimas horas otra hipótesis y puso el foco sobre dos nuevos sospechosos.



Si bien no está claro aún cuál fue el rol de estas personas en la tortura que llevó a la muerte a Luciana, en diálogo con Crónica la abogada de la familia de la víctima Nuria Kippes manifestó que uno de ellos ya fue identificado y será citado a declarar.



De acuerdo al testimonio del la letrada, el resultado de los informes solicitados a las empresas de las líneas telefónicas de los involucrados - la víctima, el imputado y el matrimonio dueño del hotel, podría ser determinante para el avance de la causa. “Estoy esperando que me notifiquen de una vez la pericia de la apertura de los celulares”, contó Kippes.



El caso



El lunes 14 de junio por la tarde, Luciana entró al albergue transitorio con un compañero de escuela, que actualmente está imputado por la muerte de la joven. Alrededor de una hora después, él se fue solo y su actitud puso en alerta a los dueños del lugar que, al golpear la puerta de la habitación en la que había quedado Luciana y no recibir respuesta, forzaron la entrada y encontraron a la víctima al borde de la muerte.



Luciana estaba inconsciente y con una profunda hemorragia que la hizo convulsionar antes de que llegaran a trasladarla al hospital Regional Ramón Carrillo, donde estuvo algunas horas internada en grave estado y finalmente murió.



Mientras la fiscal abría una causa por el delito de abuso sexual y ordenaba la detención del primer sospechoso durante un allanamiento en su domicilio, los familiares y allegados a Luciana empezaron a llevar a la calle su reclamo de justicia con marchas que se fueron repitiendo desde entonces y casi a diario.



Una madre desconsolada



La mamá de la víctima, Graciela Barraza, dijo a los medios que no sabía “nada” acerca de un supuesto noviazgo entre su hija y el acusado, la “agarró de sorpresa”, ya que “ella siempre estaba con sus estudios, estaba en el quinto año de la secundaria”.



Con lágrimas en sus ojos, la mujer comentó que su hija “tenía quemaduras en las piernas y también cortes y como tuvo mucha pérdida de sangre, no resistió”.



“Ella era muy buena, muy solidaria, ese día iba a hacer las compras que le había pedido con su prima y también a buscar unas cartillas de la escuela por las clases virtuales que tenía”, recordó Barraza sobre el día en el que más tarde la encontraron en estado grave.



“Yo solo quiero que pague con la misma pena que mi hija, porque a ella ya no la voy a encontrar más”, concluyó.



“Lo cuento yo porque Luciana no puede”



En su perfil de Facebook, una joven que se identificó como prima de la víctima publicó un doloroso relato sobre lo que le ocurrió.



“Tenia 17 años, cursaba el 5to año de secundario, tenía tantos planes, proyectos y soñaba como todas con mucho más de lo que me permitieron.



El lunes 14 de Junio fui abusada, torturada y tras agonizar 4 días terminaron con mi vida, haciendo de mi, un número más entre las víctimas de femicidio.



Tras mi muerte esta detenido Lautaro Corvalán quien era mi compañero y también hijo de un policía de la seccional departamental de Villa Atamisqui, la misma que actuó en complicidad y de forma dudosa en mi caso, la misma policía que apretó el día de la 1ra marcha, la misma policía que salió asustada a querer prohibir un pedido de Justicia. 



El lugar en el que me pasó todo esto, no solo no cuenta con cámaras, si no que tampoco tenía habilitación, Era depúblico conocimiento lo que ahí funionaba, un motel, al cual jamás inhabilitaron y al que en mi inocencia concurrí.



A mi me mataron más veces de las que pueden pensar, me mataron mintiendo, ocultando, dudando, hablando, cuestionando y también cuando me estigmatizaron y arrojaron culpas por haber confiado.



Lo cuento yo, porque Luciana Sequeira no lo puede contar”.



 


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