Reforma laboral 2025: los 19 puntos que llegan al Congreso
El Gobierno avanzó con un anteproyecto laboral que redefine salarios, indemnizaciones, huelgas y aportes patronales, generando tensión con la CGT.
El anteproyecto de la Ley de Modernización Laboral, con 182 artículos, ya circula entre diputados y senadores oficialistas. Introduce cambios significativos en salarios, jornada laboral, aportes patronales, indemnizaciones y el funcionamiento de los sindicatos, lo que anticipa un escenario de fuertes discusiones con la CGT.
Salarios, jornadas flexibles y vacaciones: los cambios centrales
El texto habilita que el salario se acuerde por tiempo o por rendimiento, incluyendo pago por comisión individual o colectiva. También incorpora componentes retributivos dinámicos sin continuidad tácita ni ultraactividad.
Sobresale la posibilidad de pagar sueldos mediante proveedores de servicios de pago, como Mercado Pago, pese a las críticas del sistema bancario.
En cuanto a la jornada, se permiten acuerdos voluntarios para compensar horas extras mediante bancos de horas o francos, sin necesidad de aval sindical.
El anteproyecto incluso habilita jornadas de 12 horas y 35 semanales cuando lo justifiquen necesidades empresarias. Sobre este punto, legisladores del oficialismo reconocieron en privado que el esquema "abre una puerta a la reorganización productiva", aunque advirtieron que "será uno de los capítulos más discutidos".
Las vacaciones, por su parte, podrán dividirse en bloques de 7 días y solo deberán otorgarse en período veraniego una vez cada tres años.
Indemnización, beneficios y aportes: el costado más sensible
La reforma propone uno de los cambios más controvertidos: limitar la base salarial para calcular la indemnización por despido. La remuneración habitual no podrá superar tres veces el salario promedio del convenio aplicable.
Además, permite que los convenios colectivos sustituyan ese sistema por un fondo de cese laboral, similar al mecanismo de la construcción, financiado completamente por el empleador.
Un asesor legislativo sostuvo que el Gobierno apunta a generar un marco "más previsible para las empresas", pero reconoció que "la reacción sindical será dura".
En beneficios sociales, el uso de vales o tickets alimentarios como no remunerativos quedará sujeto a la autoridad de aplicación. También se incorporan como no remunerativos los reintegros de medicamentos y cuotas de medicina prepaga, y se suman devoluciones por gastos de automóvil y telefonía.
El proyecto crea además el Fondo de Asistencia Laboral (FAL), un sistema de cese laboral estatal con cuentas individuales y un aporte del 3% del empleador. Para quienes ingresen, el Gobierno reducirá contribuciones patronales en la misma proporción.
Régimen impositivo y nuevas estructuras laborales
El anteproyecto incluye un paquete impositivo que reduce el Impuesto a las Ganancias para trabajadores con salarios altos, bajando las alícuotas superiores a 27% y 31,5% desde enero 2026. También exime del impuesto a alquileres destinados a vivienda y ciertas operaciones inmobiliarias.
Se elimina la imposición sobre rentas financieras, a excepción de criptomonedas, y desaparecen los impuestos internos aplicados a autos de lujo y celulares.
En materia regulatoria, incorpora límites a las huelgas en servicios esenciales, modifica el régimen del empleo doméstico, legisla sobre plataformas de reparto y mensajería, actualiza la Justicia del Trabajo y crea programas como el Régimen de Incentivo a la Formalización Laboral (por un año) y el Programa de Formación Laboral Básica.
Desde el sindicalismo ya anticiparon resistencias, argumentando que la reforma "contiene cláusulas más regresivas que versiones anteriores". Un referente de un gremio nacional adelantó que "se viene un escenario de conflicto si no se abren instancias reales de negociación".
El anteproyecto, que combina reforma laboral e impositiva, promete convertirse en uno de los debates más calientes del Congreso.(IProfesional)

