Robo de vacunas en Comodoro Rivadavia: enfermeras habrían cobrado $15 mil por vacunar a domicilio

Las dos profesionales de la Salud procesadas por la Justicia Federal habrían cobrado esa cifra por llevar las vacunas e inmunizar al personal de la obra social de Camioneros. Cómo empezaron los contactos y el sindicalista que buscaba inmunizar a su familia.

“Tengo un negocio, pero sí o sí tenés que estar vos”. Ese fue el mensaje de WhatsApp que le envío Analía Muñoz, enfermera y principal sospechosa para la Justicia Federal de sustraer las dosis de Sputnik V del Hospital Regional, a su compañera Gabriela Torres.



Según los fundamentos del fallo de la jueza federal Eva Parcio por el cual se procesó a 24 personas –entre ellas el titular del sindicato de Camioneros y exdiputado nacional Jorge Taboada-, las trabajadoras de la Salud habrían recibido 15 mil pesos cada una por llevar las vacunas desde el centro asistencial hasta la obra social de Camioneros para inmunizar a empleadas administrativas y dirigentes gremiales.



La investigación indica que Muñoz mantenía una relación con la entidad que lidera Taboada. Es que, según figura en el fallo, el 16 de diciembre del 2020 la trabajadora de la Salud se comunicó con Nazarena Borau, directora de la obra social de Camioneros, para consultarle si sería posible que la institución pudiera donar telas y un televisor para el Hospital Regional. La donación se realizó y Muñoz dejó abierta la posibilidad de “dar una mano” en el futuro.



“Muchísimas gracias; la verdad que nos re salvaron. ¡No se imagina cuánto! Si algún día necesitan algo y podemos dar una mano, no dudes en contar con nosotras, besitos muchas gracias”, le contestó la trabajadora de la Salud a Borau.



El año 2020 terminaba pero antes comenzaban a llegar las vacunas para combatir la pandemia del Coronavirus. Para la Justicia, las enfermeras abusaron de sus roles de trabajadoras de la Salud para robar y trasladar las vacunas en forma segura. Es que Muñoz formaba parte del Programa Nacional de Capacitación, por lo que tenía conocimiento de la manipulación y aplicación de la Sputnik V.



“¿CUANTAS DOSIS NECESITAS?”



Como el contacto entre Muñoz y la obra social de Camioneros ya existía fue Marcos Paura, en representación del sindicato y de la obra social de Camioneros, quien el 6 de enero de 2021 comenzó las gestiones para obtener las vacunas.



“¿Viste que me habías comentado respecto a si queríamos la vacuna por el COVID?”, comenzó el dirigente gremial para después realizar el pedido: “¿Estamos a tiempo de solicitar? ¿Cómo está la situación, che? ¿Está realmente como informan?”.



Muñoz le contestó que “está todo complicado” pero que “las vacunas favorable”. La palabra “favorable” fue como un maná para el dirigente gremial: “¿Y qué deberíamos hacer para solicitar un lote?”.



La trabajadora de la Salud detalló que el personal inmunizado no había tenido reacciones adversas pero le comunicó que en enero quedaban pocas vacunas. Sin embargo, le dijo: “Quédate tranquilo que las vacunas te las consigo yo. El tema es que si no voy yo a vacunar ahí vamos a estar complicados”.



Paura le confirmó que las dosis estaban destinadas a “empleados y dirigentes”, por lo que Muñoz le aseveró que “yo voy a hablar con la coordinadora del Area Programática a ver cómo se hace para conseguir las vacunas. Hasta ahora es favorable si son dos dosis”.



La conversación se interrumpió por unos minutos. Es que la charla se llevaba a cabo mientras Muñoz cumplía funciones en el centro asistencial. “Disculpa. Es que estaba trabajando, estoy en el hospital. No, yo te digo que en el caso de que yo vacune, si vos querés vacunas para vos y tu familia yo te las consigo. Yo calculo que nos van a mandar a vacunar… no sé, una o dos semanas más; estamos haciendo ahora el curso de vacunación”, le contestó al dirigente gremial.



Al día siguiente se reanuda la comunicación entre la trabajadora de la Salud y el dirigente gremial donde se brindan detalles de la cantidad de dosis y la fecha de entrega. “Mi prima que trabaja ahí me las va a conseguir”, le aseguró Muñoz.



“¿30 podrán ser?”, le vuelve a consultar Paura y la enfermera le confirma que sí. “Llamame cuando puedas”, le contestó el sindicalista.



“A VECES SOS LELITA”



De acuerdo a la investigación de la justicia federal, Muñoz y Gabriela Torres fueron “socias” en el hurto de las vacunas. Todo queda evidenciado en las conversaciones que tuvieron el 9 de enero. Es decir tres días después del primer contacto entre Muñoz y Paura.



“Tengo un negocio pero sí o sí tenés que estar vos”, le escribió Muñoz a Torres. La conversación fluye hasta que Muñoz le confirma a su compañera la cifra por la cual realizarían el trabajo: “15 mil para cada una”.



“Joder, ¿en serio?”, fue la respuesta de Torres que no daba crédito a lo que embolsaría.



“Sí ameaa, pero aguantá que arreglo”, le pidió Muñoz para cerrar el breve diálogo con un “cruzá los dedos”.



Torres no estaba conforme y quería más información. “Pero decime a ver si puedo darte alguna idea jajjaja A veces sos lelita jajajajaja”. Todo era broma hasta que Muñoz le confirma el plan: “Eh ‘amesa’ vamos a vender vacunas a camioneros. Necesito 30 dosis”.



“EL LUNES SACO LAS DEMAS”



El chat de WhatsApp entre Muñoz y Torres permitió a la Justicia Federal tener un panorama más claro de cómo sucedió el robo de las dosis del Hospital Regional. Los mensajes eran muy evidentes. Muñoz le confesó a Torres que “le faltaban 2 frascos” por lo que le aseguró que si ella participaba podían “sacar las viejas y listo”.



Torres se ofreció a sacar más vacunas pero se mostró preocupada por la temperatura. Sin embargo, Muñoz despejó cualquier tipo de duda: “Camioneros tiene para llevar las vacunas en una heladerita. Sí, tiene que estar mucho más frío que la temperatura normal. Después se descongela 10 minutos y tenés que entrar los 4 pacientes”.



Tenía todo planeado. Es que además de las vacunas comenzaban a pensar en sacar del Hospital otros elementos. “Nos robamos un termómetro de heladera”, sugirió Muñoz y Torres le aconsejó que también saquen “los geles de pp, que enfrían”.



“El lunes saco los geles ‘de parto’ y voy a pedir la heladera que tienen ellos para las vacunas. Calculo que bien lo tenemos que tener y no vamos a vacunar a los viejos. Vamos a hacer plata amiga”, sostuvo Muñoz.



El plan ya estaba delineado. Todo estaba fríamente calculado. El robo de vacunas comenzaba a ser una realidad.



Fuente: El Patagónico (Comodoro Rivadavia) 


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