El proyecto Patagonia Alaska despegó a bordo de un avión experimental en abril de 2022 desde la ciudad más austral del mundo, Ushuaia, y llegará hasta el punto más septentrional de América, Point Barrow en Alaska. En el trayecto de ida y vuelta, la primera expedición aero-científica de Argentina viajará más de 40.000 km en una aventura que demandará más de 150 horas de vuelo y pasará por 22 países.
La nave construida por los pilotos del proyecto Juan Martín “Tinti” Escobar y Guillermo Casamayú. Ambos tienen 36 años y se conocen desde la escuela primaria, además de ser pilotos profesionales y compartir la pasión por la aventura.
Hace siete años, mientras compartían horas de vuelo en el aeroclub de la localidad chubutense de Rada Tilly, pergeñaron la idea de construir una aeronave para usarla como transporte propio.
Sin embargo, la fabricación de la aeronave se fue extendiendo en el tiempo y los amigos comenzaron a tomar contacto con otras personas que estaban encarando proyectos similares.
Con el «Correcaminos» (como se apoda la aeronave) ya terminado, los aventureros iniciaron conversaciones con integrantes de la empresa eslovena «Aerosol», quienes los ayudaron a montar en el avión un «Aethalometro», un sofisticado instrumental para medir concentraciones de dióxido de carbono y carbono negro, grandes contribuyente al cambio climático que están altamente relacionado con la calidad del aire y las enfermedades cardiorrespiratorias.
Además, el proyecto también recopilará datos de dióxido de carbono (CO2), un potente gas de efecto invernadero. El “Correcaminos” permite obtener las concentraciones de estos indicadores del cambio climático en tiempo real, desde la pista de aterrizaje hasta la máxima altura de vuelo.
Los datos obtenidos durante el proyecto Patagonia- Alaska serán puestos a disposición de la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” y del Servicio Meteorológico Nacional, así como también de la empresa eslovena Aerosol. Luego, la información se compartirá con toda la comunidad científica en general que desee hacer un aporte para la ciencia.
Luego de realizar las primeras pruebas y mediciones en los alrededores de Rada Tilly y de Comodoro Rivadavia, el “Correcaminos” puso rumbo a Ushuaia el jueves 7 de abril pasado. El recorrido incluyó un sobrevuelo por el Canal de Beagle, Cabo de Hornos, Isla de los Estados, entre otros.
Desde el extremo sur del continente la aeronave partió el sábado 9 de abril rumbo al norte. Sobrevolaron Punta Arenas, Torres del Paine y sobre los glaciares para luego aterrizar en El Calafate y reabastecerse de combustible. Luego siguieron por el cordón de montañas que domina el Cerro Fitz Roy, para llegar a El Chaltén, en el atardecer. Ya el domingo regresaron a Comodoro, previo paso por Perito Moreno.
Sebastián Jelusic está a cargo de la coordinación y el apoyo logístico. Voló en otro avión acompañando la travesía del “Correcaminos”. Al llegar a la pista del aeródromo de El Chaltén explicó que este es un vuelo de puesta a punto y calibración del avión, el equipamiento, pero también del equipo humano”.
La primera etapa (entre Ushuaia y El Chaltén) totalizó 1.450 millas, explicó Jelusic esta mañana en radio FM Dimensión, donde también dio detalles de cómo funciona el instrumental que lleva el “Correcaminos”.
Durante abril y mayo, este laboratorio volador estará recorriendo diferentes ciudades de nuestro país y viajando cada vez más al norte mientras realiza mediciones de los gases y aerosoles de la atmósfera argentina.
En junio (estimada segunda semana) comenzará su viaje hacia el otro hemisferio, llegando a la ciudad de Oshkosh Wisconsin en USA, para participar del festival aéreo más grande del mundo, OshKosh, y luego dirigirse a Alaska.
“Queremos que esta campaña sirva para promover el cuidado del ambiente, pero también como símbolo para inspirar a más gente a pensar de manera positiva y a perseguir sus sueños. A nosotros ya no nos importa si llegamos a Alaska o si recorremos Argentina. Comenzamos con la idea de construir un avión para cruzar el continente y encontramos la manera de hacer cosas que sirvan para el planeta”, dijeron los protagonistas.
El proyecto Patagonia-Alaska tiene sus propias redes sociales para mostrar el día a día de este proyecto que le da alas a la ciencia.
Ig: @patagoniaalaska
Facebook: @ProyectoCorrecaminos (Ahora Calafate)