Cantín y el `sálvese quien pueda´ en el Municipio 

El intendente quedó a la intemperie y sin un paraguas que lo resguarde. El caso por la venta irregular de un terreno en pleno centro hace tambalear una gestión que hace agua como un barco que irremediablemente se hunde.


 


Con el final de su ciclo, ya muy próximo, la gestión de Raúl Cantín, al frente del municipio de Río Gallegos, quedará en el recuerdo de todos los vecinos como la más nefasta de un  gobierno justicialista al frente de la comuna riogalleguense.


El problema para el intendente es que su base de sustentación, su gente de confianza, se atomizó y comenzó a hacer negocios por cuenta propia. 


Y Cantín no los controla. Le sucede ahora y le sucedió antes y durante toda la gestión. En pleno proceso de salida, cada vez son más los trapos sucios que  se ventilan . 


Los problemas son más acuciantes y la penosa actitud del municipio  de no querer reconocerlos, se repite, semana a semana. 


La situación es más que clara  para Cantín y sus seguidores: en Río Gallegos no hay baches, no hay mugre, las calles están  en magnífico estado, la recolección de residuos es la mejor del país y la ciudad es la perla del sur argentino. 


 Y por supuesto, en esta ceguera Cantín sale perdiendo. Le surgió, en estos últimos meses de gobierno, la presión desde el propio bloque peronista de concejales, que ya no está dispuesto a quemarse las espaldas en la defensa del inoperante Intendente. 


Y es más que lógico que así suceda, estamos entrando en pretemporada electoral.


El mensaje es más cristalino que el agua: "sálvese quien pueda". 


Se trata de cubrir la retirada a cualquier precio. Cantín tiene los días contados, las quejas son recurrentes y de todo tenor, la capital de la provincia es hoy por hoy una ciudad devastada. 


En este contexto, en el Municipio, donde gobierna el justicialismo, existe una creciente preocupación: ¿Cómo mantenerse en el poder? 


El intendente, que además es otro de los que ya manifestó intenciones de un segundo mandato, seguramente, durante el primer cuatrimestre de 2015,  tratará de mejorar una gestión que es deficitaria por donde se la mire.


A Cantín se le está agotando el tiempo. Mantenerse callado (como ha hecho en gran parte de su paupérrima gestión) está llevando a la intendencia a una situación extremadamente complicada. 


La adjudicación de un céntrico terreno a  precio vil ( por la cual fue denunciado penalmente), la venta de licencias de conducir truchas, la falta de gestión en materia contributiva, persecuciones laborales -comercio-,  la ineficaz acción de la Secretaría de Obras Públicas son apenas la punta del iceberg.


Se viene una etapa del “sálvese quien pueda” en la municipalidad capitalina. En esa tarea andan Cantín y sus acólitos. (El Diario Nuevo Día)


 

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