Causa Nisman

A 10 meses de la violenta muerte de Alberto Nisman, la Justicia no determinó si fue un crimen o un suicidio

La fiscal retoma la causa tras sus vacaciones. Espera datos sobre una cuenta de e-mail y resolverá si indaga al narcotraficante "Mi Sangre". Para la querella hay pruebas para concluir que fue un homicidio


Diez meses de investigación, un reguero de sospechas y la ansiedad de una sociedad que exige el esclarecimiento del caso más resonante en años no han conseguido aún que la Justicia resuelva un misterio que despertó hasta el interés internacional: qué pasó con Alberto Nisman. La muerte de quien fuera el titular de la UFI-AMIA permanece todavía en el terreno de la indefinición, sin la respuesta al interrogante más elemental. ¿Fue un crimen o un suicidio?


La fiscal Viviana Fein vuelve a tomar las riendas de la causa tras un receso -aquel que tenía programado para comienzos de año y debió suspender-, pero no hay señales de que vaya a haber un pronunciamiento en el corto plazo. Por lo pronto, su fiscalía dejó trascender que no habría novedades significativas antes de las elecciones.


En lo inmediato, Fein aguarda por los pedidos de información que cursó a Microsoft para conocer el contenido de una cuenta de correo electrónico atribuidas a Nisman. Pertenece a un usuario que la mantuvo inactiva durante casi ocho años, pero se registraron varios ingresos los días antes de la muerte del fiscal. De acuerdo a la división de delitos tecnológicos de la Policía Federal, los últimos accesos ocurrieron en el departamento de la torre Le Parc de Puerto Madero en la que él vivía.


La fiscal debe decidir además si citará al colombiano Henry Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre". Preso en Ezeiza tras ser acusado de ser uno de los mayores narcotraficantes de la región, pidió declarar en la causa. Frente al revuelo que generó su solicitud, aclaró que no tenía información para aportar sobre la muerte en sí ni del atentado a la AMIA. "Voy a hablar de la ex SIDE y de funcionarios públicos argentinos", adelantó. La funcionaria judicial evaluará si el planteo es pertinente.


Esos temas pendientes parecen hoy ramificaciones acaso demasiado descentradas del punto central todavía irresuelto. Y mientras Fein considera que todavía no hay evidencia suficiente para despejar la variable más básica de la causa, para la querella las pruebas son suficientes para concluir que se trató de asesinato.


Nisman fue encontrado muerto en la noche del 18 de enero. Su cuerpo estaba dentro del baño, junto a un pistola, y la puerta, entrecerrada. La primera reacción de la fiscal fue la de inclinarse sobre la hipótesis de que él mismo se había quitado la vida. Pero las pericias posteriores atentaron contra un cierre apresurado del caso. No pocos aspectos abonaron otra teoría.


A lo largo de estos meses, los abogados que representan a la familia del Nisman, contratados por la jueza Sandra Arroyo Salgado, señalaron más de una decena de elementos que, a su entender, echan por tierra el posible suicidio. El punto de partida fue la declaración del médico de la obra social que vio primero el cadáver y que lo describió en una posición distinta al que luego figura en las fotos del expediente.


La querella avanzó en numerosos planteos -muchos de los cuales ocasionaron divergencias en la junta médica- con los que hace tiempo sostiene que el titular de la UFI-AMIA fue víctima de un crimen. "A Nisman lo mató un profesional, que tomó las precauciones para montar este escenario de suicidio", aseguró en diálogo con Infobae Manuel Romero Victorica, uno de los integrantes del equipo de letrados que patrocina a sus hijas.


¿En qué se basa la afirmación? Entre los puntos principales del argumento, Romero Victorica mencionó la trayectoria del disparo (inusual de tratarse de un suicidio), la ausencia de huellas en el arma y de restos del proyectil en las manos (las pruebas de deflagración dieron negativo) y el factor contextual: Nisman acababa de acusar a la Presidente y otros dirigentes del Gobierno de supuestamente encubrir a los iraníes acusados por el atentado contra la AMIA y se preparaba para presentarse ante el Congreso para ampliar su denuncia.


"Si tenemos que en las manos no había residuo de disparo, y que el arma que se habría usado sí o sí lo deja, eso implica que el fiscal no disparó el arma y que lo disparó un tercero. Entonces estamos hablando de que a Nisman lo mataron", resumió el abogado. A ello sumó una explicación acerca de la mancha de sangre que había en su mano derecha -la forma, dijo, sólo podía lograrse si tiene otra mano derecha encima-, que revelaría que alguien más empuñó la pistola en simultáneo.


Luego se detectó que la computadora de Nisman había sido manipulada, de manera tal que el reloj fue alterado y no se pudo establecer una línea de tiempo confiable para reconstruir el historial de uso. Se trató de un borrado selectivo, similar al que también se halló en el celular del fiscal. Se aplicó un procedimiento que impide que hasta los expertos recuperen la información; no quedaron registros ni siquiera de los diálogos que había mantenido el día anterior, que constan -por ejemplo- en las declaraciones de su secretaria, Soledad Castro.


Romero Victorica apuntó también que en la casa sólo se encontraron cinco huellas, de las cuales dos pertenecían al fiscal y las otras tres no fueron identificadas. El dato es al menos llamativo si se tiene en cuenta que al lugar solían ir sus hijas, su madre y una empleada doméstica, entre otros. "Pareciera ser que al departamento lo limpiaron"¸ graficó.


"En cualquier caso que no fuera el del fiscal Nisman diríamos que no fue un suicidio",consideró el abogado. "Hay un cuadro probatorio base que te lleva a una sola conclusión, no se entiende por qué teniendo una evidencia tan concluyente la fiscalía no tiene elementos para decir que fue un homicidio", añadió.


Pese a sus diferencias, y haber hecho serias objeciones sobre el modo en que se desarrolló hasta ahora la investigación, la querella no cree que Fein actúe de mala fe. Entiende, en cambio, que se forjó una hipótesis de que se trataba de un suicidio y trabajó en ponerla a prueba.


Con un único imputado -el empleado informático Diego Lagomarsino, quien confesó haberle prestado el arma a Nisman-, la causa por la muerte del fiscal continúa empantanada. Fein informará en los próximos días cuándo volverá a recibir a Alberto Mazzino, el último funcionario de la ex SIDE que habló con Nisman, y la citación de otro agente clave, Fernando Pocino. La querella también requirió que vuelvan a declarar varios de los colaboradores del fiscal.


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