Gobierno envía al Congreso el proyecto de reforma laboral: claves y polémicas

Según fuentes oficiales citadas por la prensa, el proyecto de reforma laboral preparado por el Gobierno prevé una serie de modificaciones estructurales al sistema actual. Entre los puntos más salientes se encuentran: la eliminación de la llamada "ultraactividad" de los convenios colectivos -es decir, que los convenios continúen vigentes hasta que se renueven-; la posibilidad de acordar convenios por empresa, en lugar de por rama o sector. 

También se prevén cambios en la regulación del trabajo individual y autónomo, modificación en cargas fiscales vinculadas al empleo, y una redefinición de los derechos colectivos y la democracia sindical. 

En lo que respecta a indemnizaciones por despido y juicios laborales, la reforma apunta a facilitar mecanismos para las empresas -especialmente las PyMEs-, como pagar indemnizaciones en hasta 12 cuotas, con la intención de reducir litigios y mejorar la "sostenibilidad" empresarial. 

El gobierno argumenta que la reforma busca "formalizar el empleo", bajar la informalidad -que hoy afecta aproximadamente al 43 % de los puestos de trabajo según datos recientes- y generar condiciones más flexibles y adaptadas a la economía contemporánea. 

Plazo y presentación: hacia el Congreso en diciembre

El borrador final del proyecto fue girado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, al despacho del jefe de Gabinete, al titular de la Cámara de Diputados y a la jefa del bloque mayoritario del Senado, lo que anticipa su inminente presentación en el Parlamento.

El objetivo del Gobierno es que la ley sea debatida durante las sesiones extraordinarias de diciembre, que comenzarán el 10 de ese mes. 

Rechazo sindical y tensión política: críticas desde la CGT

El avance del proyecto generó la inmediata reacción de los sectores sindicales. La CGT, a través de su secretario general en la UOCRA, Gerardo Martínez, anticipó su rechazo al plan y advirtió que no aceptará medidas que impliquen "pérdida de derechos". 

El malestar se intensifica dado que el Gobierno decidió cerrar el articulado "con su impronta" y "de espaldas a los pedidos de la central", según describen fuentes de la Casa Rosada.

A su vez, organizaciones empresariales y cámaras industriales dieron señales de apoyo, lo que refuerza la polarización en torno al debate.

Qué se juega: empleo formal, derechos y conflicto social

Para el Gobierno, la reforma representa una apuesta fuerte: buscan reducir la informalidad laboral, reconfigurar los derechos laborales para ajustarlos a una economía más "moderna" y dar incentivos a la inversión y la contratación. 

Para los sindicatos, en cambio -y muchos analistas laborales- la iniciativa representa un riesgo para los derechos conquistados durante décadas: temor a flexibilización excesiva, precarización del empleo, debilitamiento del poder de negociación colectiva y futuro incierto para los trabajadores bajo convenios colectivos.

El debate que se abre promete ser duro -no solo en el Congreso, sino en la calle y en el mundo del trabajo argentino.

(Fuente: El Diario Nuevo Día)