Los llamados anónimos a la comisaría de Kilómetro 8 comenzaron a las 2 de este sábado por la fuerte música que se escuchaba desde una vivienda de la calle Los Arrayanes al 100, donde muchos jóvenes se divertían en el patio y consumían bebidas alcohólicas.
Los efectivos dialogaron para pedir que concluyera la fiesta clandestina. La mayoría de los menores de edad se retiró, pero otros insultaron a los uniformados y les arrojaron piedras.
Uno de los proyectiles hirió en la cabeza a la agente María Magdalena Giménez mientras un adolescente de 17 años fue demorado. Insultaba, amenazaba e incitaba a pelear a los policías. El joven horas después fue entregado a su madre, precisaron fuentes oficiales.
Las mismas fuentes confirmaron que la fiesta se realizó en la vivienda de una mujer que se hallaba con arresto domiciliario por una causa federal, por lo que además de la contravención que significa la realización de la fiesta, violó las reglas de conducta que le impuso la Justicia para que cumpliera con la prisión en su domicilio y no en un centro de reclusión.
El Patagónico