Historias de Patagonia: Usted no puede porque es mujer
Araceli Muñiz no logra creer lo que está oyendo. Por órdenes superiores no podrá asumir su jerarquía de Oficial de la Policía del Territorio, pese a ser el segundo mejor promedio que egresó de la Escuela de la fuerza.
* Mario Novack
Camina en silencio hasta su casa de Alcorta y Muratore y vuelve a escuchar la frase de la Jefatura, cuando le informan que seguirá siendo Agente de la Policía del Territorio. Aquí ya gobierna el capitán de Fragata Alejandro Galarce, nombrado por la Revolución Libertadora que derrocó a Perón en el golpe de estado del 23 de septiembre de 1955.
Río Gallegos, esa ciudad de casas de chapa y hollín de carbón estaba dividida por una grieta de peronistas y antiperonistas. Se vivirían episodios persecutorios en contra de trabajadores, instituciones y autoridades del gobierno depuesto.
Las llamadas “Comisiones Investigadoras” actuaron en todo el país, pero particularmente en que respecta a Santa Cruz, hubo casos dignos de mención con situaciones rayanas en el racismo y el odio exacerbado.
Queda para el recuerdo una manifestación vertida por el sacerdote salesiano Lino Astolfo quien formuló una denuncia en contra del presidente de la Comisión de Fomento del entonces paraje de Los Antiguos, el director del Hospital Local, enfermeros y maestras. Su fervor con el gobierno de facto lo expresa al decir: “La Escuela de Perito Moreno es un nido de víboras peronistas…que los trasladen a un lugar donde, en nuevo ambiente, puedan rehabilitarse para bien suyo y nuestro”.
Por otra parte, fueron investigados los ex gobernadores de Santa Cruz el coronel Rafael Lascalea (1946-1951), el odontólogo Angel Carnota (1951-1952) y Tomás Fernández (1952-1955) sin resultado concreto ya que al cesar las comisiones la investigación estaba en curso. También fue denunciado el Juez de Paz de San Julian Pedro Mariottini por varios vecinos porque “se indignó al enterarse de la caída de Perón”.
Sin embargo, hubo aliados civiles a la “Libertadora” como los casos de la Sociedad Rural de Río Gallegos, la Cámara de Comercio e Industria, la Federación Económica de la Provincia, la CGT regional, el Banco Nación, YPF y el Colegio Nacional entre otros.
Todos ellos formaban parte de las denominadas “Juntas Consultivas” encargadas de “desperonizar” a la sociedad y sus instituciones.
En este marco, Araceli Muñiz desempeñaba sus funciones en la Jefatura de Policía cumpliendo un rol administrativo, lejos de ocupar la jerarquía que había alcanzado formándose como Oficial en la Escuela de la fuerza.
Ella había nacido en Paso Ibañez, ahora Comandante Luis Piedrabuena un 8 de diciembre de 1923 y conocería a su compañero de toda la vida gracias al futbol. En efecto Manuel Alejo Calvo, arquero del Club Júpiter se convertiría en su esposo un 19 de mayo de 1945. Manuel también se había recibido de Oficial, en una de las primeras promociones de la Escuela de Policía que por entonces llevaba el nombre del coronel Ramón Falcón.
Durante su actividad en la fuerza fue asignada a varios destinos, entre los que se encuentran la localidad de Río Turbio, Tres Lagos y Puerto Deseado, entre otros. Fue madre de tres hijas mujeres, Myriam Griselda , nacida el 19 de marzo de 1946, María Estela un 7 de abril de 1951 y Ana Gabriela Calvo, la menor de ellas nacida un 10 de diciembre de 1961.
La Escuela de Cadetes de Policía es la institución formativa más antiguo del país y lleva el nombre de uno de los efectivos más reconocidos de la fuerza, como lo es el comisario Inspector Eduardo Victoriano Taret y fue creada el 4 de junio de 1936.
La reseña de la Jefatura policial destaca al 18 de octubre de 1954 como un día histórico, ya que ese día ingresan dos mujeres como aspirantes a oficiales de la repartición. Una de ellas era Araceli Muñiz que había solicitado su ingreso el día 16 de septiembre de ese mismo año. Ella ya desempeñaba sus actividades como agente, ya que había ingresado el 1 de febrero de 1950 mediante Resolución Nro. 20.528. Prestó servicios en División de Investigaciones y fue confirmada en ese cargo el 01 de Agosto del mismo año mediante resolución Gob. 21143.
Araceli es la única que logra aprobar y concluir el curso, ya que la otra aspirante abandona los estudios. Se convierte de este modo en la primera Oficial recibida en el instituto policial, pero sin embargo nunca le fue reconocida en actividad su jerarquía y grado.
Su retiro de la Policía de Santa Cruz se produce en el año 1971, radicándose junto con su esposo, también retirado en la ciudad de Buenos Aires. No obstante un cálculo erróneo de sus años de servicios la obliga a volver a Río Gallegos en el año 1975 para completar el tiempo de prestación de servicios.
Al año siguiente se produce el deceso de su esposo Manuel Calvo, a la joven edad de 62 años cuando se cumplían el aniversario numero treinta y uno de su boda.
Cuando transcurría el año 2001 la Cámara de Diputados de la provincia mediante Resolución Nro.054/01, le otorga su merecido reconocimiento como la primera Oficial de Policía de Santa Cruz, estando ella presente en la ceremonia.
Pero el reconocimiento resultó meramente simbólico ya que desde el punto de vista del reconocimiento jerárquico este nunca llegó, ni en la denominación como Oficial ni su compensación económica.
El caso de Araceli Muñiz constituye un claro hecho de discriminación de género y falta de reconocimiento institucional, a quien más allá de haber quedado en la historia como la primera Oficial recibida en la Escuela de Policía, se le negó la posibilidad de asumir un cargo para el cual se había formado.
Casi medio siglo debió transcurrir para que la Legislatura Provincial, en forma simbólica y tardía reconozca méritos. La Oficial de la Policía de la Provincia de Santa Cruz Araceli Muñiz dejó de existir en la ciudad Autónoma de Buenos Aires un 17 de septiembre de 2003. Como curiosidad estadística, un día después de aquel año de 1954, en que había pedido su ingreso a la Escuela de Cadetes.
Agradecimiento especial a Juan Alcaraz y Martín Leóz, por acercarnos a esta historia de nuestra gente.