Historias de Patagonia: Un tal Ramón Lista
Quiso que en el bautismo constara su paternidad. El padre era Ramón Lista, el gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz. La madre, una originaria tehuelche llamada Koila. La niña, la hija de ambos, recibiría el nombre de Ramona Lista y comenzaría a escribirse después de ello un capítulo distinto en la historia de nuestra tierra.
*Mario Novack
Ramón Lista fue un hombre controversial, romántico en ocasiones, desesperado en otras. Su actuación en Tierra del Fuego así lo demuestra, cuando poco después de arribar las tropas militares a la isla.
En 1886 se embarcó en una expedición de exploración y reconocimiento de la isla de Tierra del Fuego, cuya parte occidental acababa de ser puesta bajo soberanía argentina. Acompañaba la misión el misionero salesiano José Fagnano, fundador y director de la misión de Carmen de Patagones.
Desembarcaron el 25 de noviembre en las playas de San Sebastián, Lista divisó una aldea selknam y sin que mediaran motivos ordenó abrir fuego sobre ellos. En pocos minutos murieron masacrados a balazos 28 indígenas, hombres, mujeres y niños.
Continuaron su exploración hasta llegar a la costa en Bahía Thetis, desde donde regresaron. En el camino continuaron las matanzas, el espantado Fagnano pudo evitar algunas.
No hubo cargos contra Lista. Por Ley Nº 29 del año 1992, el gobierno de Tierra del Fuego declaró al 25 de noviembre, aniversario de la masacre de San Sebastián, como Día del Indígena Fueguino.
Resulta significativamente violenta esta acción, contradiciendo lo ocurrido en Santa Cruz, que repetidamente Lista había explorado e incluso alcanzado una excelente relación con los caciques de los pueblos originarios, como Papón, Mulato y Calacho, entre otros.
De hecho, en algunas de sus obras están contenidos las expediciones realizadas por Santa Cruz y la vecina región de Magallanes, en Chile. “Los indios tehuelches: una raza que desaparece” fue una obra escrita por Lista y publicada en el año 1894 y recopilaba las actividades realizadas en la zona sur.
También “Viaje al país de los tehuelches” es un valioso relato publicado por Lista, el 29 de marzo de 1879, donde se hace mención a la vida de los pueblos originarios, con una vastedad y riqueza en cuanto a los datos que allí se vuelcan.
Pero quien era en definitiva Ramón Lista, trataremos de volcar su biografía. La de un hombre que vivió intensamente su existencia, dividido entre la formación militar, la ciencia y el amor. Todo esto en una sociedad sumamente conservadora y que no creía en la integración de los pueblos originarios.
Había nacido en Buenos Aires el 13 de septiembre de 1856. Militar y naturalista, fue el segundo gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz.
Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Desde muy joven se desempeñó como profesor de historia y geografía en el Colegio del Salvador. Más tarde amplió sus conocimientos gracias a sus viajes realizados a Francia y Alemania entre 1875 y 1877.
Como naturalista supo relacionarse con los mejores hombres de ciencia y se formó científicamente bajo la tutela de Germán Burmeister. En enero de 1878, embarcado en la cañonera Paraná llegó al Río Santa Cruz, para recorrer la Patagonia.
En 1890, el presidente de la Nación lo nombra Gobernador del territorio de Santa Cruz, ejercería el cargo entre 1887 y 1892, sucediendo a Carlos María Moyano. Durante ese período continuaría explorando el territorio.
De regreso a Buenos Aires fundó la Sociedad Geográfica Argentina, obteniendo la colaboración de otros grandes viajeros naturalistas como Jorge Fontana, Carlos C. Burmeister hijo, Juan Larsen y Nicolás Matienzo.
Fue profesor de Historia Natural de la Escuela Naval y funcionario del Ministerio de Guerra y Marina, en el que realizó una productiva labor compilando y ordenando científicamente publicaciones, documentos y planos de los territorios del sur argentino.
Pero a fines de 1891 Ramón Lista "ha sufrido un proceso de conversión, identificándose con ese otro excluido de la vida argentina, el indio. No juega a ir y venir de la frontera que separa a indios y blancos, como Lucio Mansilla. Se queda del otro lado y hay que sacarlo", opina la escritora María Rosa Lojo, quien se ocupó de Lista y Agustina Andrade en su libro Historias ocultas de la Recoleta. Para Lojo, "en una época en que abundaban los hijos bastardos y la doble moral matrimonial, Lista fue valiente al dar su nombre a una hija india. Pero no supo oír a su esposa de Buenos Aires: Agustina se encerró hasta morir en su casa. Lista, en cambio, buscó el espacio abierto de la Patagonia".
La noticia de lo que ocurría en la toldería tehuelche, a 40 leguas de Río Gallegos, llegó a Buenos Aires. Fue un pequeño escándalo. Lista, amigo y cordial competidor del perito Francisco Moreno, era del círculo del general Julio Roca: lo conocía por su suegro, Olegario Andrade, director del diario roquista La Tribuna Nacional.
El presidente era ya Carlos Pellegrini, quien dispuso que un viejo amigo de Lista —Juan Víctor Paris, compañero de sus viajes patagónicos desde 1887— lo fuera a buscar. Todo fue muy discreto. Lista volvió a Buenos Aires en un vapor desde Punta Arenas y renunció a su puesto.
Cuentan las crónicas que “Agustina Andrade, esposa de Lista, se encerró durante meses en su casa en el campo, hasta que dejó a sus dos hijas al cuidado de su madre y se mató con un tiro al corazón el 10 de febrero de 1891. Fue enterrada en el cementerio de la Recoleta.
Agustina era una exquisita poeta, preferida de su padre Olegario quien alguna vez escribió para sus hijos
“Ven y dime qué causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas
como gota cuajada de rocío.
El presidente era ya Carlos Pellegrini, quien dispuso que un viejo amigo de Lista —Juan Víctor Paris, compañero de sus viajes patagónicos desde 1887— lo fuera a buscar. Todo fue muy discreto. Lista volvió a Buenos Aires en un vapor desde Punta Arenas y renunció a su puesto.
Luego intentaría conseguir una embajada en Europa —para eso le escribió a su amigo Bartolomé Mitre— o una cátedra. No lo consiguió.
El final
Falleció el 23 de noviembre de 1897 en la selva chaqueña. Estaba recogiendo datos en el Río Pilcomayo, acompañado por su secretario y dos baqueanos. Sobre su muerte hay varias historias.
En la versión de los baqueanos, Ramón Lista, atormentado por el calor y el temor a ser devorado por los tigres, se destrozó la cabeza de un disparo: la bala entró por la mandíbula inferior y le barrió toda la cara, dejando al descubierto los sesos. En otra versión, estos hombres lo habrían matado para robarle el dinero que llevaba encima. En la tercera, lo mata su secretario.
El docente e historiador Julio Alberto Ortíz, autor del libro “Koila y el gobernador” destaca la vida de Ramón Lista y se detiene en el destacado motivo que éste ni siquiera haya pisado territorio formoseño.
Lista muere en el Chaco joven, a los 41 años y en su homenaje uno de los departamentos de la actual provincia de Formosa lleva su nombre. El ex gobernador dejó una profunda huella en la historia argentina y particularmente en la de Santa Cruz.
Se destaca su hombría a reconocer la hija nacida fruto de la relación con Koila, de quien estaba sumamente enamorado, de acuerdo a los testimonios de sus amigos de la época.
Ramona Cecilia Lista fue bautizada en mayo del año 1893, según consta en el Registro de la Iglesia Nuestra Señora de Lujan, siendo sus padrinos Manuel Muñoz y Felicitas Bisio.
Posteriormente, el 16 de marzo de 1932, Ramona se casa en la entonces Reserva, hoy Comunidad, Camusu Aike con José Macías Gallardo, natural de Rauco Chile. En “Identidades Enmascaradas en la Patagonia” la escritora santacruceña Patricia Halvorsen hace un riquísimo aporte a la historia de los habitantes originarios de la provincia y sus fusiones familiares.
En varias oportunidades hemos tomado contacto con Antonio Perich, descendiente de Ramona Lista, quien en alguna oportunidad tuvo la posibilidad de reunirse con los descendientes del ex gobernador Lista por parte de su esposa Agustina Andrade.
De Lista se puede continuar escribiendo y profundizando su actuación en el naciente Territorio Nacional de Santa Cruz. Nos quedamos con sus gestos en una etapa compleja donde asumir una paternidad extramatrimonial no era moneda corriente.