Historias de Patagonia: El doctor Fenton
El ulular de sirenas rabiosas es la señal de ataque de la aviación alemana. Los pilotos y auxiliares corren desesperados hasta los aviones estacionados en la pista. Es un 21 de julio de 1940 en Inglaterra y la Segunda Guerra Mundial muestra su rostro más dramático.
*Mario Novack
El piloto santacruceño Harold Arthur Fenton corre apresuradamente y de pronto pierde su estabilidad cuando una caja de herramientas del servicio mecánico de los aviones se desplaza a su paso convirtiéndose en un obstáculo.
“Puta madre, quien habrá dejado esto en la pista” grita como preguntando. No hay respuesta en ninguno de esos hombres que corren buscando estar a resguardo dentro de los aparatos. Solo uno de ellos se queda contemplando la estampa del efusivo piloto del Hawker Hurricanes Mk1.
Comienza la misión de los aviones británicos defendiendo el espacio aéreo de Inglaterra. Ese día el riogalleguense Fenton derribará a Dornier Do 17 hacía una misión de reconocimiento sobre continente británico. En su primer derribo,Jimmy no lo remató, quedó observando en su Hurricane como el Dornier averiado, soltando glicol de los motores, hacia un aterrizaje sobre la campiña para así informar sobre su posición. Un verdadero caballero del aire.
Los pilotos y tripulantes están de regreso a la base. Harold Fenton, llamado “Jimmy”, está contando el desarrollo de la misión cuando advierte la presencia de ese hombre que lo miraba antes del despegue.
Le pide que se acerque y le pregunta “Who are you”..? …El tripulante medita y al instante responde “I'm Eduardo Morley from Argentina”. La carcajada de “Jimmy”Fenton retumba en el salón al tiempo que lo interrumpe diciendo “yo también soy argentino de Santa Cruz, nacido en Río Gallegos”.
Ahora el que sonríe es Morley, aquel tripulante con más de un treinta de misiones sobre territorio enemigo. El es hijo de inmigrantes escoceses y también ha nacido en la capital del Territorio Nacional de Santa Cruz, un 21 de febrero de 1921.
“Morley, coterráneo, te contaré la historia de mi familia, digna de una película, anticipa eufórico el piloto “Jimmy” Fenton, sin darle tiempo responder. “Soy hijo de George Fenton, el primer odontólogo que tuvo la ciudad de Río Gallegos”.
“El era el menor de todos los hermanos, también médicos, radicados en la Patagonia argentina, porque en realidad quien abrió la senda para todos fue mi tío Thomas que llegó a Chile en el año 1875, muy joven. Había nacido en Castletwon, y egresado de la Universidad de Dublín, en Irlanda”.
Fue empleado por el gobierno chileno, firmó su contrato en Valparaíso y fue destinado a Punta Arenas, en Magallanes. Al concluir su contrato con el gobierno central de Chile, fue recontratado por el gobierno de Magallanes para que se radique definitivamente en esa ciudad.
“Al tío Thomas le pasaron muchas cosas cuando vivía en Punta Arenas, cosas de película que hasta hoy parecieran increíbles. socorrer a los lesionados del Motín de los Artilleros del 12 de noviembre de 1877 y a riesgo de su propia integridad física ordenó -y él mismo colaboró en ello- sacar a los enfermos del hospital y trasladarlos a la plaza en momentos en que el establecimiento era brutalmente incendiado por los amotinados, salvándose todos los pacientes de morir calcinados.
De paso también su casa, la más nueva y hermosa de la colonia, a la cual se había mudado el día anterior, fue reducida a escombros humeantes. Pese a todo habría sido tratado con deferencia, otorgándole escolta militar a su esposa y a otras damas para que hicieran abandono de los lugares más conflictivos. A él se le mantuvo prisionero, eso sí, para atención de los lesionados.
Una vez calmada la situación, el nuevo gobernador Carlos Wood le asignó una casa fiscal cerca de la playa, tosca construcción de 11 metros de largo por 4 de ancho, dividida en dos piezas, en la cual debieron vivir por un tiempo el doctor y su familia.
El espíritu aventurero de Fenton se corroboró al ofrecerse como voluntario, en 1879, para prestar sus servicios en la guerra que recién se iniciaba. Si bien parece ser que este ofrecimiento le fue rechazado, su gesto no hizo más que incrementar su prestigio y popularidad. Aunque ya tenía rango de oficial del Ejército de Chile, se mantuvo destinado en Punta Arenas.
En cuanto a epidemias -tan propias de la época- , en sus once años de ejercicio no le tocó ninguna, ya que el sarampión causó estragos entre la población infantil los años 1866, antes de su llegada y 1899, después de su fallecimiento se iniciaba.
Asistió a los sobrevivientes de la Doterel También le tocó atender a los pocos sobrevivientes de la espantosa tragedia que fue la explosión de la nave inglesa Doterel, surta en la bahía. Según relata Lautaro Navarro en el censo de 1907- 1908, “a las 9 de la mañana del 26 de abril de 1881 fondeaba en nuestra rada la cañonera británica Doterel (...) tenía a su bordo a 155 personas entre comandante, oficiales i marinería.
Fue recibida momentos después por el gobernador marítimo i el médico de la Colonia, Dr. Thomas Fenton. Acababan éstos de desembarcar en el muelle de pasajeros cuando se oyó una formidable detonación i se vieron volar por los aires trozos de fierros i maderas, restos humanos, etc., i el buque desapareció en seguida, yéndose a pique.
De los 155 tripulantes sólo salvaron doce, i algunos de éstos gravemente heridos, contándose entre estos últimos el comandante Mr. R. Evans. Los botes de la gobernación marítima i de algunas goletas que había en el puerto estuvieron hasta la noche recogiendo cadáveres y trozos de ellos que flotaban sobre la superficie del agua”.
Enamorado de la región y de su clima, no dudó en informar sobre sus beneficios sobre la salud, especialmente de los niños. Fue pionero de la ganadería ovina, aplicando las técnicas de crianza de las Malvinas.
De hecho, entre los primeros estancieros figuraban: José Nogueira, Cruz Daniel Ramírez, Enrique R. Reynard, José Menéndez, Tomás Saunders, Enrique P. Wood y Thomas Fenton. En 1884 había adquirido, en calidad de arrendamiento, los terrenos que ocupara en 1878.
Fundó la Fenton Station y colocó allí las primeras 300 ovejas traídas de las Malvinas. Sus hermanos menores Arthur y Víctor Fenton, entretanto, también médicos, ejercieron en Río Gallegos y fueron estancieros en la provincia argentina de Santa Cruz.
En cuanto a epidemias, en sus once años de ejercicio no le tocó ninguna, ya que el sarampión causó estragos entre la población infantil los años 1866, antes de su llegada y 1899, después de su fallecimiento. Para foguearse le bastaron el Motín
de los Artilleros y la tragedia de la Doterel.
Encontrándose enfermo, insistió en levantarse para asistir un parto, como consecuencia de lo cual se complicó con una neumonía, muriendo a los 36 años de edad.
En el cementerio municipal se encuentra su tumba al pie de un pequeño obelisco conmemorativo erigido por el pueblo de Punta Arenas, en cuya placa de mármol se lee: “Este monumento simboliza la gratitud del pueblo de Magallanes hacia el finado Dr. Thomas Fenton, levantado en su memoria como un homenaje a sus nobles prendas. Punta Arenas, octubre 2 de 1886”.
En reconocimiento a su labor el estado chileno puso en funcionamiento el 3 de octubre pasado de 1960 el Centro de Salud Familiar (Cesfam) Dr. Thomas Fenton de Punta Arenas.
Originalmente fue llamado “Consultorio Playa Norte”. Y su primer director fue el pediatra Dr. Fernando Paredes y funcionaba en una vivienda ubicada en el pasaje Quillota, atendiendo a un sector reducido de la población.
A medida que la población fue aumentando, el recinto se hizo pequeño, por lo que el consultorio se trasladó a la calle Club Hípico, donde pasó a llamarse Consultorio General Óscar Bonilla.
El consultorio Dr. Thomas Fenton, como se le conoce hoy, comenzó a construirse en noviembre de 1990, abarcando 615 metros cuadrados de superficie.
El doctor Thomas Fenton y Russell había nacido en Catlestown, Irlanda en 1850, en el año 1875 se casó con Mary MacMunn y Boreham, cuatro años menor que él e hija del reconocido cirujano James MacMunn.
Luego de llegar a la Argentina se trasladaron a Chile, donde se afincaron y fueron padres de Thomas Gerald, Constanza Violeta, Mabel Elena, Miguel Cload Maguelan y Virginia Rosa. De ellos, sólo el mayor de los hijos Thomas Gerald siguió la vocación familiar recibiéndose de médico.
La mayoría de los pilotos, tripulantes y auxiliares se van reirando del salón. Tendrán el tenso descanso de un día de guerra. En tanto los dos santacruceños, uno de origen irlandés y otro escoces, han quedado en silencio.
Eduardo Morley sigue con la intriga y pregunta. “Hasta el momento solo hablamos de uno de los médicos Fenton, que era tu tío mayor”. “Jimmy Fenton sonríe y promete “amigo Eddy la seguimos otro día”, también fueron personajes de novela mis tíos Arthur, Víctor y mi padre George, todos ellos radicados en Argentina”.
Ambos se saludan satisfechos de haberse encontrando en esa guerra tan lejana de su Río Gallegos natal y hablar de sus familias. Pero esa, es otra historia.