Mendoza: investigan a dos jefes policiales por acoso laboral y sexual en las fuerzas de seguridad

Uno de los casos terminó trágicamente por el suicidio de una inspectora e investigan si hay relación en los hechos.

El suicidio de una mujer policía hace pocos días y la presunta situación de maltrato que habría sufrido por parte de una superior, parecen haber sido el detonante para que otras uniformadas se animaran a contar sus casos y padecimientos. Las denuncias son investigadas por la Inspección General de Seguridad (IGS) y tienen en la mira a efectivos de alto rango.   



La IGS mantiene abierta una denuncia por posibles maltratos de una subcomisaria de la Policía de Mendoza hacia una inspectora que se habría suicidado recientemente. Gabriela Carrizo terminó con su vida el 8 de enero en un departamento de Ciudad, dejando una carta para su hija.



Desde la Inspección se ha solicitado a la Unidad Fiscal de Homicidios poder compulsar el expediente que se inició como averiguación muerte, según explicaron desde el organismo que controla a los policías.



El año pasado, en noviembre, la inspectora Carrizo se desempeñaba en la Comisaría del Menor, bajo el mando de una subcomisaria con la que tenía sus diferencias. Finalmente, la denunció por violencia institucional, advirtiendo presuntos abusos laborales.



La denunciante decía que “no la soportaba” y que “no tenían química”, entre otras cosas. Desde el Ministerio de Seguridad se ordenó el traslado a una comisaría de Luján y desde ese momento no hubo más inconvenientes.



La cúpula de la IGS está interesada en saber cómo avanza la investigación que lleva adelante la Unidad Fiscal de Homicidios. En principio, los investigadores descartan la participación de un tercero en la muerte, que ocurrió en su casa y se produjo con su arma reglamentaria. Pero algunos compañeros de la mujer han declarado en el expediente, marcando los maltratos de dos superiores de la víctima.



En Facebook, algunas amigas de la inspectora lamentan su muerte y sugieren un oscuro trasfondo: “Te fuiste enojada y sé que tu alma descansará en paz cuando paguen los que tienen que pagar. Todo queda en manos de Dios”, publicó una compañera. Otras agregaron: “Sólo queremos justicia por vos”. 



Denuncia por acoso en una UEP 



El caso de una oficial subayudante se denunció a principios de octubre pasado y los hechos habrían ocurrido en la Unidad Especial de Patrullajes (UEP) de Luján. La mujer asegura que sufrió acoso e insinuaciones sexuales por parte de un oficial principal. 



“Él venía de traslado de otra UEP y quedó a cargo del personal. Yo trabajaba en mi oficina y ya en la segunda semana empezó esto. Se me acercaba y me miraba de forma especial, me mandaba mensajes sobre cómo lo tenía que tratar. Yo no era la única; tenía compañeras lesbianas a las que les decía que las iba a ‘volver para el otro lado’. Todo tipo de insinuaciones, se les tiraba encima, se desprendía la camisa, les tiraba besos”, le dijo a Los Andes la víctima, quien pidió preservar su identidad. 



“Había momentos en los que estábamos  solos, cerraba la puerta y las cortinas y miraba hacia afuera como queriendo hacer algo. Después las cosas fueron peores cuando mi jefe, un subcomisario, salió de licencia”, agregó. 



Según palabras de la oficial, el acoso cada vez se hacía más insoportable. “Me llamaba por teléfono y me hacía una escena de celos si yo no estaba en mi lugar de trabajo o si estaba hablando con alguien. Se volvía loco y empezaba a buscarme. También me llamaba para preguntarme algo y cuando se despedía me decía ‘chau hermosa, preciosa’”, recordó. 



“Cuando volvió mi jefe le conté todo y me recomendó denunciar. Ahí me enteré en la Inspección que habían más denuncias contra él. Lamentablemente este hombre tiene contactos en la Policía y mucho no se ha hecho por eso; yo sigo con parte de enferma por tratamiento psicológico”, agregó la denunciante. 



Desde la IGS confirmaron  la investigación e informaron que de los 10 testigos ofrecidos por la víctima, seis declararon, pero no habrían dado una versión coincidente con la de ella. Detallaron que el acusado, identificado con las iniciales C.M. fue trasladado a otra dependencia y le retiraron preventivamente el arma. La efectivo también hizo la denuncia en la fiscalía de Violencia de Género y en la de Delitos Sexuales, aunque no hay avances en lo penal.


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